La Autoridad del canal de Suez anunció la suspensión de la navegación a través de la estratégica vía marítima que conecta el mar Rojo con el Mediterráneo hasta que se consiga reflotar el buque portacontenedores Ever Given, encallado desde el martes, 23 de marzo, en su extremo sur. Ante la falta de avances en la operación para remolcar el barco, de la naviera Evergreen y uno de los más grandes del mundo, el sector se prepara para un cierre prolongado, que podría durar semanas. Este bloqueo amenaza con lastrar las cadenas de suministro del comercio global.
DESCRIPCIÓN:
Un enlace crucial para unir Oriente y Occidente
El canal de Suez es un canal navegable de 193 kilómetros situado en Egipto y que une el mar Mediterráneo con el mar Rojo.
Inaugurado en 1869, es una de las principales arterias económicas del mundo, pues por ella pasa más del 12% del comercio mundial, según datos de Autoridad del Canal de Suez.
Su valor radica en que ofrece a los barcos de mercancías una ruta entre Asia, Oriente Medio y Europa sin necesidad de bordear el Cabo de Buena Esperanza, en el extremo sur de África.
Esto permite a los navíos ahorrarse casi 9.000 kilómetros por trayecto, reduciendo la distancia en un 43%, según datos del Consejo Mundial de Transporte Marítimo (WSC, por sus siglas en inglés), institución que representa a las principales navieras de mercancias.
UN POCO DE HISTORIA
La creación de un canal que comunicara el mar Rojo con el Mediterráneo ha sido una vieja aspiración de las civilizaciones que han poblado el istmo de Suez. Los primeros intentos conocidos datan del siglo XIX a.C. El faraón Sesostris III mandó construir un canal que conectara el Nilo con el mar Rojo. Era un canal estrecho, pero con espacio suficiente para las embarcaciones de la época.
La ruta, bautizada posteriormente como “canal de los faraones”, fue muy utilizada hasta mediados del siglo VII a.C. Por entonces, el desierto había ganado demasiado terreno al mar y había bloqueado la salida. En 609 a.C. el faraón Neco intentó reabrir el canal sin éxito. Según las crónicas del griego Heródoto, más de 100.000 hombres murieron en el intento.
Un siglo después sería Darío, rey de Persia, quien pusiera en funcionamiento las obras para recuperar la parte sur de la vía. Su idea era llevarla directamente hasta el Mediterráneo sin pasar por el Nilo. Las obras se terminaron dos siglos más tarde, bajo el mandato de Ptolomeo II, y el trazado era prácticamente idéntico al del canal actual.
Durante la ocupación romana de Egipto, en especial bajo el mandato de Trajano, el canal experimentó significativas mejoras que impulsaron el comercio. Sin embargo, tras la marcha de los romanos el canal fue abandonado. En el siglo VIII, durante la dominación musulmana, el califa Omar se ocupó de su recuperación. Pero después de un siglo funcionando terminó reclamado de nuevo por el desierto.
Su existencia permaneció oculta durante mil años...
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