Las Cantigas de Santa María, fueron escritas en la corte del rey Alfonso X el Sabio durante la segunda mitad del siglo XIII, entre 1270 y 1282.
Esta escrita en lengua galaicoportuguesa y en notación musical mensurada y constituye una de las colecciones de canciones más importante de la literatura y la música medieval occidental. Gracias a estas composiciones podemos conocer la música que se interpretaba en las cortes europeas del siglo XIII, que en gran medida refleja las formas melódicas que escuchaba toda la sociedad así como los instrumentos con los que se interpretaba.
El códice de las Cantigas de Santa María, conservado en El Monasterio de El Escorial, incluye miniaturas que reflejan a los músicos que las interpretaban, con sus instrumentos, ofreciendo una información de excepcional relevancia sobre cómo se interpretaba la música en dicha época. Son un total de 2640 miniaturas muy coloridas, de un virtuosismo pocas veces igualado, que por sí solas constituyen ya una obra de arte incomparable.
Es un conjunto de 417 composiciones en honor a la Virgen María. La mayoría cuentan los milagros sucedidos con la intervención de María. Aunque de corte trovadoresco, se diferencia de la temática profana de los trovadores del resto de Europa.
La devoción mariana estaba en auge en ese siglo: frailes, clérigos, caballeros y siervos participaban en ella. El rey alentaba en sus cantigas a poetas y juglares para que dedicaran sus composiciones «Santa María». El mismo rey Alfonso X creó La Orden de Santa María de España, a la que dedicó una cantiga.
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